Era descendiente del rey David y probablemente nacido en belén,
aunque vivía en Nazaret en el tiempo de la anunciación. Su oficio era en de
carpintero (Mateo 13,55; Marcos 6, 3). Las palabras de la anunciación por parte
del Ángel Gabriel acerca de la venida del hijo de dios que se encuentran en el
evangelio según San Lucas1, 28-38, fueron dichas “a una joven virgen que estaba
comprometida en matrimonio con un hombre llamado José, de la familia de David. La
virgen se llamaba María”. En la cultura judía de entonces, toda mujer debía pertenecer
a un hombre: a su padre, a su esposo o, si fuera viuda, a un hijo, por lo que
este compromiso daba ya los derechos de la vida conyugal, es decir, María ya es
esposa de José, aun cuando ella no había salido todavía de la casa paterna
(Mateo 1, 20, 24). José fue hombre agradable a dios: justo,
bueno (Mateo 1, 19). Cuando María quedo
embarazada por obra y gracia del Espíritu Santo es evidente que José aun no sabía
cuál sería su papel en este misterio; pero pronto quedaría aclarado cuando el Ángel
del Señor se le apareció en sueños y le dijo:” José, descendiente de David, no
tengas miedo de llevarte a María , tu esposa,
a tu casa; si bien está esperando por obra y gracia del Espíritu Santo,
tu eres el que pondrás el nombre al hijo de dará a luz. Y lo llamaras Jesús, porque el salvara a
su pueblo de sus pecados. (Mateo 1 20,21). “SANTO DEL SILENCIO”
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